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14/3/08

s2t2 -Aristoteles



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Aristóteles

De Wikipedia, la enciclopedia libre


Filosofía de occidente
Filosofía antigua
Busto de Aristóteles

Nombre

Aristóteles
(Ἀριστοτέλης)

Nacimiento

Estagira, Macedonia, 384 adC

Fallecimiento

Calcis Eubea, Grecia, 322 adC

Escuela/Tradición

Inspiró la Escuela peripatética y el aristotelismo

Intereses principales

Metafísica, Física, Política, Astronomía

Ideas notables

Primer motor

Influencias

Parménides, Sócrates, Platón

Influenció

Filosofía occidental, filosofía cristiana y filosofía islámica. Alejandro Magno, Tomás de Aquino, etc.

Aristóteles (en griego clásico Ἀριστοτέλης Aristotélēs, griego moderno Αριστοτέλης Aristotélis; (Estagira, Macedonia 384 adCCalcis Eubea, Grecia 322 adC) es uno de los más grandes filósofos de la antigüedad y acaso de la historia de la filosofía occidental. Fue precursor de la anatomía y la biología y un creador de la taxonomía.

Tabla de contenidos

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Reseña biográfica

Nacido en la ciudad de Estagira, en la Calcídica entonces perteneciente al reino de Macedonia ( la zona correspondiente a la actual Macedonia griega), Aristóteles, apodado El Estagirita, tuvo por madre a Faestis y por padre a Nicómaco.

Nicómaco era el médico personal del rey Amyntas III de Macedonia, quien por su parte era padre de Filipo II, padre de Alejandro Magno.

Durante su temprana juventud Aristóteles viajó a la corte del basileos o rey Hermias de Atarneos, su suegro, junto a su condiscípulo Xenócrates.

Fue discípulo de Platón y luego preceptor y maestro de Alejandro Magno. Antes de fallecer en Calcis en el año 322 adC a sus 62 años, Aristóteles se había convertido en uno de los filósofos de mayor renombre de su tiempo, durante el cual también su pensamiento científico gozó de enorme prestigio.

Su influencia fue mayor aún desde la baja Edad Media hasta el Renacimiento europeo.

En el año 335, Aristóteles funda su propia escuela en Atenas, el "Liceo" (denominado así por estar situado dentro de un recinto dedicado a Apolo Likeios), donde dictaba clases sobre amplios temas a sus discípulos. A los discípulos de Aristóteles se les llamó "peripatéticos" (peri pathos) porque solían recibir clases alrededor de los jardines y el paseo que rodeaban al edificio del Liceo.

Influencias Recibidas

Platón y Aristóteles
Platón y Aristóteles

El punto de partida fue Platón, pero pronto adoptó una actitud crítica frente a éste. No dejó de lado las enseñanzas de Platón, sino que "ató los cabos sueltos" y desarrolló las ideas de su antiguo maestro.

Para Aristóteles, la idea de participación platónica no explica la verdadera realidad de la physis (de los procesos naturales).

Aristóteles admite como Platón y Sócrates que la esencia es lo que define al ser, pero la diferencia en que la esencia es la forma (μορφη), que está unida inseparablemente a la materia y juntos constituyen el ser, que es la sustancia. La afirmación de la importancia del conocimiento sensible, del conocimiento de lo singular para llegar a lo universal, abrió posibilidades a la investigación científica.

En definitiva, Aristóteles construyó un sistema filosófico propio.

Aristóteles fue discípulo de Platón, pero esto no significó que no criticase su teoría de las Ideas.
Para intentar solventar las diferencias entre Heráclito y Parménides, Platón propuso la existencia de dos mundos: el Mundo Sensible y el Mundo Inteligible. Sin embargo, su discípulo (Aristóteles) no estaba de acuerdo.
Para Aristóteles, sólo hay un mundo, y la teoría platónica le parece absurda por varios motivos:

En primer lugar, se muestra conforme con la idea de que la ciencia ha de basarse en conceptos universales, pero no encuentra explicación a por qué éstos han de estar representados en otra esfera de la realidad. Aristóteles considera absurdo utilizar el Mundo de las Ideas al juzgar que el Mundo Sensible es suficiente.
Como las Ideas no están en las cosas mismas, no pueden ofrecer ninguna clave explicativa de éstas.
Las Ideas son estáticas, por lo tanto, no se pueden utilizar para explicar el movimiento o los procesos naturales.
Para Aristóteles, las Ideas son inmanentes a las cosas particulares y concretas, que son las que forman la verdadera realidad.
Por último, hace una crítica del concepto de participación empleado por Platón.

Metafísica, luego de la física

El problema del cambio

Para empezar hay que recordar que Aristóteles era un hombre puramente empirista, es decir, fundamentó los conocimientos humanos en la experiencia.

Una de las primeras preocupaciones fue encontrar una explicación racional para lo que nos rodea.

  • Los presocráticos se percataron de que lo que nos rodea es una realidad diversa que se halla en continua y perpetua transformación.
  • Heráclito de Éfeso considera que todo se halla en perpetuo cambio y transformación; el movimiento es la ley del universo.
  • Parménides, al contrario, opina que el movimiento es imposible, pues el cambio es el paso del ser al no ser o la inversa, del no ser al ser. Esto es inaceptable, ya que el no ser no existe y nada puede surgir de él.
  • Platón, supone una especie de síntesis, es decir, una unión o una suma de estas dos concepciones opuestas: la de Heráclito y Parménides. Por un lado tenemos el mundo sensible, caracterizado por un proceso constante de transformación y, por el otro, tenemos el mundo abstracto y perfecto de las Ideas, caracterizado por la eternidad y la incorruptibilidad.

La búsqueda de la ciencia de lo que es, en tanto que algo que es (tò òn hê òn)

En el comienzo mismo del libro IV de la Metafísica aparece formulada la conocida declaración enfática según la cual "hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen" (IV, 1003a21-22). Inmediatamente añade Aristóteles que tal ciencia no se identifica con ninguna de las ciencias particulares. En efecto, ninguna de las ciencias particulares se ocupa "universalmente de lo que es", sino que cada una de ellas secciona o acota una parcela de la realidad ocupándose en estudiar las propiedades pertenecientes a esa parcela previamente acotada (ib.1003a23-26). Aristóteles propone, pues, la ontología como un proyecto de ciencia con pretensión de universalidad, aquella universalidad que parece corresponder al estudio de lo que es, en tanto que algo que es, sin más, y no en tanto que es, por ejemplo, fuego, número o línea (IV 2, 1004b6), en cuyo caso nos habríamos situado ya en la perspectiva de una ciencia particular (la física, la aritmética y la geometría, respectivamente).

La constitución de semejante ciencia tropieza inmediatamente, sin embargo, con una dificultad sustantiva y radical. Y es que la omnímoda presencia, explícita o virtual, del verbo ser (eînai) y de su participio (òn) en nuestro discurso acerca de la realidad no garantiza la unidad de una noción que responda, a su vez, a la unidad de un objeto susceptible de tratamiento unitario y coherente. Sin unidad de objeto no hay unidad de ciencia y sin unidad de noción no hay unidad de objeto. Aristóteles es plenamente consciente de esta dificultad. Frente a Parménides y frente a Platón. Aristóteles reconoce la polisemia del verbo ser en sus distintos usos y aplicaciones. Así, el capítulo siguiente (IV 2) comienza estableciendo la tesis de que "la expresión 'algo que es ' se dice en muchos sentidos": tò ón légetao pollachôs) (1033a33), tesis a la cual nunca renuncia Aristóteles. Más bien, a su juicio toda reflexión acerca del lenguaje y acerca de la realidad ha de partir necesariamente de la constatación y del reconocimiento de este hecho incuestionable.

Aristoteles cuadro de 1457.
Aristoteles cuadro de 1457.

La aporía a la que se enfrenta Aristóteles, como ha señalado acertadamente P.Aubenque, proviene, en definitiva, del mantenimiento simultáneo de tres tesis cuya conjunción resulta abiertamente inconsciente: 1) hay una ciencia de lo que es, en tanto que algo que es, 2) solamente puede haber unidad de ciencia si hay univocidad, si hay unidad de género, y 3) la expresión 'lo que es' carece de univocidad, "lo que es" no constituye un género. Es obvio que la conjunción de dos cualesquiera de estas tesis comporta de modo inevitable, la exclusión de la restante.

El pensamiento aristotélico no quedó, sin embargo, paralizado definitivamente ante esta aporía. Aristóteles trató de encontrar una salida que, en realidad, pasaría por la matización de las dos primeras de las tesis enunciadas. La matización de la segunda tesis es de capital importancia. Ser no comporta, desde luego, una noción unívoca, sino multívoca. No obstante puntualizará Aristóteles, su multivocidad no es tampoco la de la pura equivocidad u homonimia. Entre los distintos sentidos de 'ser' y 'lo que es' existe una cierta conexión que Aristóteles compara con la conexión existente entre las distintas aplicaciones del término 'sano'. 'Sano' se dice, al menos, del organismo, del color, de la alimentación y del clima, y en cada caso se dice de un modo distinto: del organismo porque se da la salud, del color porque es síntoma de salud, de la alimentación y del clima porque, cada cual a su modo, son favorables a la salud. Pero en todos estos casos hay una cierta conexión: la referencia, en todos y cada uno de ellos, a lo mismo, a la salud. Así ocurre, a juicio de Aristóteles, con el verbo ser y con su participio, 'lo que es', como se explica en el siguiente texto: "de unas cosas se dice que son por ser entidades (ousíai), de otras por ser afecciones de la entidad, de otras por ser un proceso hacia la entidad, o bien corrupciones o privaciones o cualidades o agentes productivos o agentes generadores ya la entidad ya de aquellas cosas que se dicen en relación con la entidad, o bien por ser negaciones ya de alguna de estas cosas ya de la entidad" (IV 2, 1003b6-10).

Las diversas significaciones de 'lo que es' poseen, por tanto, la unidad peculiar que adquiere una multiplicidad en virtud de su referencia común a algo uno (pròs hén), la referencia a una misma cosa (en el ámbito de lo real) y a una misma noción o significado (en el ámbito del lenguaje): referencia a la salud en el ejemplo utilizado y referencia a la entidad (ousía) en el caso de la indagación ontológica. Semejante forma de unidad comporta, pues, un término (y una noción) fundamental que es primero y que es universal en la medida en que siempre se halla referido o supuesto en cualquier uso del verbo ser. Aristóteles habla de referencia "a una única naturaleza" (mían tinà phýsin: 1003a34), y también de referencia a un único principio (arkē): "así también 'algo que es' se dice en muchos sentidos, pero en todos los casos en relación con un único principio" (1003b5-6).

En consonancia con esta interpretación matizada de la polisemia de ser y 'lo que es', Aristóteles matiza también la segunda tesis a que más arriba nos referíamos, es decir, la tesis que solamente puede haber ciencia, unidad de ciencia, si hay univocidad, si hay unidad de género. Aun cuando no sea genérica en sentido estricto, la unidad de referencia posibilita también la unidad de una ciencia: "corresponde, en efecto, a una única ciencia estudiar, no solamente aquellas cosas que se denominan según un solo significado, sino también las que se denominan en relación con una sola naturaleza, pues éstas se denominan también en cierto modo, según un solo significado. Es, pues, evidente que el estudio de las cosas que son, en tanto que cosas que son, corresponde también a una sola ciencia" (IV 2, 1003b12-16). Por lo demás, y puesto que en tales caso hay siempre algo que es primero (el término común de la referencia, la entidad o ousía en nuestro caso), es lógico que la ciencia así constituida se ocupe de manera prioritaria y fundamental de aquello que es primero: "ahora bien, en todos los casos la ciencia se ocupa fundamentalmente de lo primero, es decir, de aquello de que las demás cosas dependen y en virtud de lo cual reciben la denominación correspondiente. Por tanto, si esto es la entidad, el filósofo debe hallarse en posesión de los principios y las causas de las entidades" (ib. 1003b16-19)

La realidad sustancial

La realidad, es y existe, es lo que Aristóteles denomina ousía. La palabra fue luego traducida por los romanos como substancia (lo sub-estante, lo que subyace, lo que sostiene). También se la puede traducir como "entidad", aunque ¿es la substancia siempre entidad?..

Sustancia o Entidad (Ousía): La sustancia realmente son todas las cosas que hay en el mundo, las cuales están compuestas de materia (hylé) y forma (morfé). Para explicar el cambio, Aristóteles sostiene que la materia es aquello que no cambia (por ejemplo, en el árbol y en la silla hay madera, y eso no cambia, lo que cambió fue la forma), tal explicación y definición es dada por otros (más platónicos) para la esencia.

Las sustancias son los individuos concretos que nos rodean. Todo lo que nos rodea: este gato, esta casa, son substancias y constituyen la única y auténtica realidad.

Toda substancia forma parte del mundo sensible . La realidad sustancial constituye una síntesis de los dos mundos platónicos, en tanto que tiene algo general y universal en ella (la forma), pero también algo "mundano" (la materia). En este sentido, Aristóteles sostiene que la forma de la sustancia es su esencia (hilemorfismo), y que al enunciarla tenemos la definición.

Astronomía

Aristoteles
Aristoteles

Aristóteles, reconocido como uno de los más grandes pensadores que ha habitado la Tierra, hizo varias observaciones equivocadas acerca del Universo. Instituyó un sistema geocéntrico, en el cual la Tierra se encontraba inmóvil en el centro mientras a su alrededor giraba el Sol con otros planetas. Aristóteles habló del mundo sublunar, en el cual existía la corrupción y la degeneración; y el mundo supralunar, perfecto. Esta teoría de la Tierra como centro del universo -que a su vez era considerado finito- perduró por varios siglos hasta que Copérnico en el siglo XVI cambió el concepto e introdujo una serie de paradigmas, concibiendo el Sol como centro del universo.

Botánica

Arístoteles sistematiza el reino vegetal dividiéndolo en dos grandes grupos:

Filosofía

Aristóteles rechazó las teorías de Platón en las que decía que las ideas eran la auténtica realidad (ideas innatas) y que el mundo sensible a nuestros sentidos no era más que una copia insulsa de estas. Aristóteles al contrario de Platón, que concebía la "existencia" de dos mundos posibles o reales (algunos eruditos creen que la teoría platónica es en realidad un realismo de las Ideas o metafísico), poseía una teoría que discurría entre el mundo idealista y el mundo tangible.

Criticas a Platón y su teoría de las ideas

Aristóteles hace cuatro criticas fundamentales a la teoría de las ideas de Platón

  • Critica a los dos mundos, para Aristóteles es uno solo; al tener dos mundos se complica la explicación innecesariamente, explicando dos veces lo mismo.
  • Platón no da una explicación racional, utiliza mitos y metáforas, en vez de aclarar conceptualmente.
  • No hay una relación clara de causalidad. No explica como las ideas son causa de las cosas sensibles y mutables. No infiere que de una idea se derive un objeto.
  • Argumento del tercer hombre; según Platón, la semejanza entre dos cosas se explica porque ambas participan de la misma idea. Según Aristoteles, se precisa un tercero para explicar la semejanza entre dos cosas, y un cuarto para explicar las tres, y así sucesivamente. Es una regresión al infinito, por lo tanto nada se explica.

Política

Aristóteles expuso en La Política la teoría clásica de las formas de gobierno, misma que sin grandes cambios fue retomada por diversos autores en los siglos siguientes, además estableció categorías fundamentales, en las que continuamos apoyándonos para entender la realidad política.

Para la célebre teoría de las seis formas de gobierno Aristóteles tomó en cuenta dos factores primordiales, quién gobierna y cómo gobierna. En base al criterio de quién gobierna, distinguió según si en la constitución el gobierno reside en una persona, pocas personas y muchas personas, dando a la primera el nombre de monarquía, a la segunda el de aristocracia y nombrando a la tercera democracia. Atendiendo al criterio de cómo gobierna, habló de constituciones puras o impuras y como consecuencia a las tres formas anteriores, consideradas como puras (buenas), se podía contraponer otras tres formas impuras (malas), de modo que aplicado a estas formas malas el criterio de quién gobierna, Aristóteles las clasificó como tiranía (gobierno de uno), oligarquía (gobierno de pocos) y oclocracia (desgobierno de muchos). También dio a estas formas de gobierno una jerarquía respecto a las demás tomando en cuenta para ello si estos gobiernos velaban por el interés común o el individual, quedando las formas de gobierno en orden de la mejor a la peor de la siguiente manera: 1. Monarquía, 2. Aristocracia, 3. Democracia, 4. Oclocracia, 5. Oligarquía; y 6. Tiranía. Además de la gran importancia de esta tipología, debe prestarse, en la obra Arístotélica, especial atención a sus observaciones y determinaciones (habiendo sido éstas las que ganaron el éxito histórico), ya que cada una de las seis formas de gobierno es analizada en un contexto histórico distinto, dividiendo así cada una de las seis formas en subespecies distintas una de otra pero que conservaban su esencia.

Biología

Se considera a Aristóteles como uno de los primeros biólogos, dado que se dio a la tarea de clasificar unas 500 especies de peces, entre otros animales.

Generación espontánea

La Generación espontánea es una teoría sobre el origen de la vida. Aristóteles propuso el origen espontáneo de peces e insectos a partir del rocío, la humedad y el sudor. Explicó que se originaban gracias a una interacción de fuerzas capaces de dar vida a lo que no la tenía con la materia no viva. A esta fuerza le llamó entelequia.

La teoría se mantuvo durante muchos años; en el siglo XVII Van Helmont, la estudió y perfeccionó. Tan sólo sería rebatida por los experimentos de los científicos Lazzaro Spallanzani, Francesco Reddi y en última instancia Louis Pasteur.

Zoología

Los comienzos de la zoología deben buscarse en la obra aristotélica, concretamente en los estudios sobre la generación y la anatomía de los animales, si bien con anterioridad ya habían existido estudiosos hindúes que influyeron poco o nada en la ciencia griega occidental. Aristóteles realizó observaciones de verdadero rigor científico acerca de la reproducción de los animales, y en anatomía sentó las bases del conocimiento sistemático del reino animal. Este autor distinguía dos grandes grupos: anaima (animales sin sangre) y enaima (animales con sangre). El primer grupo corresponde aproximadamente a los invertebrados, y el segundo, a los vertebrados.

Entre los anaima distinguía cuatro subgrupos:

Los animales con sangre los dividió en:

Aristóteles llamó a estos grupos "géneros máximos", sus divisiones se llamaban "géneros" los cuales se dividían a su vez en "especies". Esta clasificación se mantuvo vigente durante la Edad Media y el Renacimiento, hasta Carlos Linneo (s. XVIII).

Ética

Aristóteles escribió dos obras sobre ética: Ética a Nicómaco, consta de diez libros. Ética a Eudemo que consta de cuatro libros.
La Gran Ética probablemente no es obra suya, sino de un recopilador. Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún fin/bien. La ética de Aristóteles es una ética de bienes porque él supone que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un determinado bien. El bien supremo es la felicidad (véase: eudemonismo), y la felicidad es la sabiduría (el desarrollo de las virtudes, en particular la razón).

  • Fin : La finalidad o motivo de una acción.
  • Fin Medio o Imperfecto : Es aquel fin que se quiere por otra cosa y no por sí mismo.
  • Fin Final o Perfecto : Es aquél fin que se quiere por sí mismo y no por otra cosa.
  • Felicidad o eudaimonía : Es el Bien Supremo del ser humano.

La actividad contemplativa es, en efecto, la más alta de todas, puesto que la inteligencia es lo más alto de cuanto hay en nosotros, y además, la más continua, porque contemplar podemos hacerlo con mayor continuidad que otra cosa cualquiera.

Virtudes

Las virtudes que le interesan a Aristóteles son las virtudes del alma, y de éstas las que se refieren a la parte racional.

Aristóteles divide la parte racional en dos:

  • intelecto
  • voluntad

Cuando el intelecto está bien dispuesto para aquello a lo que su naturaleza apunta, es decir para el conocimiento o posesión de la verdad, decimos que dicho intelecto es virtuoso y bueno.

Las virtudes intelectuales perfeccionan al hombre en relación al conocimiento y la verdad y se adquieren mediante la instrucción.

Existen dos clases de virtudes: virtudes éticas y virtudes dianoéticas.

Ambas expresan la excelencia del hombre y su consecución produce la felicidad, ya que ésta última es "la actividad del hombre conforme a la virtud".

A través de las virtudes el hombre domina su parte irracional.

Las virtudes éticas son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres.

Las virtudes éticas más importantes son: la fortaleza, la templanza, la justicia.

Las virtudes dianoéticas se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis).

Su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza.

Las principales virtudes dianoéticas son la inteligencia (sabiduría) y la prudencia.

Las virtudes morales

La templanza es el término medio entre el libertinaje y la insensibilidad. Consiste en la virtud de la moderación frente a los placeres y las penalidades.
La fortaleza es el término medio entre el miedo y la audacia.
La generosidad es un término medio en relación con el uso y posesión de los bienes. La prodigalidad es su exceso y la avaricia su defecto.
Prudencia: el hombre prudente es aquel que puede reconocer el punto medio en cada situación. Cuando uno hace algo virtuoso, la acción es buena de por sí. La prudencia no es ni ciencia ni praxis, es una virtud.

La justicia

La justicia consiste en dar a cada uno lo que es debido. Hay dos clases de justicia, según Aristóteles:

  • La justicia distributiva, que consiste en distribuir las ventajas y desventajas que corresponden a cada miembro de una sociedad, según su mérito.
  • La justicia conmutativa, que restaura la igualdad perdida, dañada o violada, a través de una retribución o reparación regulada por un contrato.

Doctrinas

Alejandro Magno y Aristoteles
Alejandro Magno y Aristoteles
  • La Metafísica: es la ciencia más general, por ser la ciencia del ser en cuanto ser (ontología). Trata sobre la filosofía primera o la teología y es identificada por Aristóteles con la sabiduría (sofía) pura.

En su Metafísica, Aristóteles abogaba por la existencia de un ser divino, al que se describe como “Primer Motor”, responsable de la unidad y significación de la naturaleza. Dios, en su calidad de ser perfecto, es por consiguiente el ejemplo al que aspiran todos los seres del mundo, ya que desean participar de la perfección. Existen además otros motores, como son los motores inteligentes de los planetas y las estrellas (Aristóteles sugería que el número de éstos era de “55 o 47”, divididos en "sublunares" y "supralunares"). No obstante, el “Primer Motor” o Dios, tal y como lo describe Aristóteles, no corresponde a finalidades religiosas, como han observado numerosos filósofos y teólogos posteriores. Al “Primer Motor”, por ejemplo, no le interesa lo que sucede en el mundo ni tampoco es su creador. Aristóteles limitó su teología, sin embargo, a lo que él creía que la ciencia necesita y puede establecer.

  • La Física: es la ciencia que trata de las substancias materiales. En la física hace un estudio de la naturaleza y el movimiento.

En astronomía, Aristóteles propuso la existencia de un Cosmos esférico y finito que tendría a la Tierra como centro (geocentrismo). La parte central estaría compuesta por cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. En su Física, cada uno de estos elementos tiene un lugar adecuado, determinado por su peso relativo o “gravedad específica”. Cada elemento se mueve, de forma natural, en línea recta —la tierra hacia abajo, el fuego hacia arriba— hacia el lugar que le corresponde, en el que se detendrá una vez alcanzado, de lo que resulta que el movimiento terrestre siempre es lineal y siempre acaba por detenerse. Los cielos, sin embargo, se mueven de forma natural e infinita siguiendo un complejo movimiento circular, por lo que deben, conforme con la lógica, estar compuestos por un quinto elemento, que él llamaba aither (éter), elemento superior que no es susceptible de sufrir cualquier cambio que no sea el de lugar realizado por medio de un movimiento circular. La teoría aristotélica de que el movimiento lineal siempre se lleva a cabo a través de un medio de resistencia es, en realidad, válida para todos los movimientos terrestres observables. Aristóteles sostenía también que los cuerpos más pesados de una materia específica caen de forma más rápida que aquellos que son más ligeros cuando sus formas son iguales, concepto equivocado que se aceptó como norma durante aproximadamente 1800 años hasta que el físico y astrónomo italiano Galileo llevó a cabo su experimento con pesos arrojados desde la torre inclinada de Pisa.

  • La Antropología: Aristóteles aplicará el hilemorfismo a su concepto del hombre, que es entendido como un compuesto único formado por un alma y un cuerpo.
  • La Ética eudemonista de Aristóteles considera que el fin que busca el hombre es la felicidad, que consiste en la vida contemplativa. La ética desemboca en la política. El organismo social de Aristóteles considera al Estado como una especie de ser natural que no surge como fruto de un pacto o acuerdo. El hombre es un animal social ("zoon politikon") que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad. La política del hombre se explica por su capacidad del lenguaje, único instrumento capaz de crear una memoria colectiva y un conjunto de leyes que diferencia lo permitido de lo prohibido.

Aristóteles creía que la libertad de elección del individuo hacía imposible un análisis preciso y completo de las cuestiones humanas, con lo que las “ciencias prácticas”, como la política o la ética, se llamaban ciencias sólo por cortesía y analogía. Las limitaciones inherentes a las ciencias prácticas quedan aclaradas en los conceptos aristotélicos de naturaleza humana y autorrealización. La naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en concreto dependen de la cultura y de las opciones personales repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan la “felicidad”, es decir, una realización activa y comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por muchos caminos.

La Ética a Nicómaco es un análisis de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. Aristóteles distinguía dos tipos de “virtud” o excelencia humana: moral e intelectual. La virtud moral es una expresión del carácter, producto de los hábitos que reflejan opciones repetidas. Una virtud moral siempre es el punto medio entre dos extremos menos deseables. El valor, por ejemplo, es el punto intermedio entre la cobardía y la impetuosidad irreflexiva; la generosidad, por su parte, constituiría el punto intermedio entre el derroche y la tacañería. Las virtudes intelectuales, sin embargo, no están sujetas a estas doctrinas de punto intermedio. La ética aristotélica es una ética elitista: para él, la plena excelencia sólo puede ser alcanzada por el varón adulto y maduro perteneciente a la clase alta y no por las mujeres, niños, “bárbaros” ("balbuceantes": no griegos) o “mecánicos” asalariados (trabajadores manuales, a los cuales negaba el derecho al voto).

Como es obvio, en política es posible encontrar muchas formas de asociación humana. Decidir cuál es la más idónea dependerá de las circunstancias, como, por ejemplo, los recursos naturales, la industria, las tradiciones culturales y el grado de alfabetización de cada comunidad. Para Aristóteles, la política no era un estudio de los estados ideales en forma abstracta, sino más bien un examen del modo en que los ideales, las leyes, las costumbres y las propiedades se interrelacionan en los casos reales. Así, aunque aprobaba la institución de la esclavitud, moderaba su aceptación aduciendo que los amos no debían abusar de su autoridad, ya que los intereses de amo y esclavo son los mismos. La biblioteca del Liceo contenía una colección de 158 constituciones, tanto de estados griegos como extranjeros. El propio Aristóteles escribió la Constitución de Atenas como parte de la colección, obra que estuvo perdida hasta 1890, año en que fue recuperada. Los historiadores han encontrado en este texto muy valiosos datos para reconstruir algunas fases de la historia ateniense.

  • La Lógica: es la disciplina filosófica que estudia la corrección o validez de los razonamientos. En su lógica, Aristóteles distinguía entre la dialéctica y la analítica.

En lógica, Aristóteles desarrolló reglas para establecer un razonamiento encadenado que, si se respetaban, no producirían nunca falsas conclusiones si la reflexión partía de premisas verdaderas (reglas de validez). En el razonamiento los nexos básicos eran los silogismos: proposiciones emparejadas que, en su conjunto, proporcionaban una nueva conclusión. En el ejemplo más famoso, “Todos los humanos son mortales” y “Todos los griegos son humanos”, se llega a la conclusión válida de que “Todos los griegos son mortales”. La ciencia es el resultado de construir sistemas de razonamiento más complejos. Como se ha señalado, en su lógica, Aristóteles distinguía entre la dialéctica y la analítica; para él, la dialéctica sólo comprueba las opiniones por su consistencia lógica. La analítica, por su parte, trabaja de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia y una observación precisa. Esto supone una ruptura deliberada con la Academia de Platón, escuela donde la dialéctica era el único método lógico válido, y tan eficaz para aplicarse en la ciencia como en la filosofía.

    • La dialéctica analiza las opiniones a partir de su plausibilidad (su grado de aceptación por la comunidad), derivando en el examen de su verdad o falsedad.
    • La analítica trabaja de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia y una observación precisa.

Transmisión y problemas textuales

Cabe resaltar que Aristoteles escribió dos tipos de textos: los destinados a la "publicación" fuera del Liceo o exotéricos (gr. exo fuera) y los utilizados como apuntes de clase o notas de conferencias, denominados esotéricos (gr. eso dentro). Lastimosamente, solo conservamos los esotéricos, los cuales al ser una recopilación de sus apuntes, vuelven un poco complicada su lectura, pues faltan las explicaciones, las transiciones son abruptas, los argumentos quedan en ocasiones inacabados... leer a Aristóteles es duro, lo que explica en parte que sus textos hayan sido interpretados y comentados a lo largo de dos mil años.

Las actuales ediciones en griego siguen la establecida por Immanuel Bekker en 1831. Hay que decir que apenas conservamos un tercio de lo que Aristóteles escribió (a menudo es difícil por tanto afirmar si es o no, por ej., un pensador sistemático o aporético). Aristóteles, por ej., escribió o dirigió la redacción de 158 "Constituciones" (gr. politeiai), de las que no nos ha llegado ninguna, con excepción de la Constitución de los atenienses, cuyo papiro fue encontrado en una excavación en Egipto en un depósito de basura.

Tras su muerte, sus textos (apenas tuvo una influencia inmediata) desaparecieron durante dos siglos. Luego aparecen en Atenas y después en Roma, donde el peripatético Andrónico de Rodas (siglo I d. C.) preparó una edición. Lo que nos queda de esos textos, por tanto, está determinado por la mano que preparó esa edición. Más problemática aún es la transmisión de llamado Corpus Aristotelicum (contiene las obras de Aristóteles más las de otros autores que dicen ser Aristóteles) a lo largo de la edad media: su influencia remite a lo largo de la misma, dominando el platonismo hasta alrededor del siglo XII, cuando las traducciones al latín de las traducciones al árabe (y a veces al siríaco) de uno o varios originales en griego, entran en los debates escolásticos de los centros de producción cultural medievales.

¿Cómo establecer por tanto, en los restos que nos quedan, qué textos son y cuáles no son "originales"? Esto es imposible. En los últimos decenios se ha desarrollado una técnica muy sofisticada, llamada "estilometría" (aplicada a otros autores, como Platón), que determina, mediante el cómputo y estudio estadístico de determinados elementos gramaticales, qué textos son escritos por qué mano. Pero esto no asegura que se trate de Aristóteles. Además, la edición de Andrónico de la Metafísica, por ej., puede ser más una colección de textos que una obra concebida como tal por el mismo Aristóteles (esto lo ha dicho el especialista Jonathan Barnes). Las luchas ideológicas en el seno de la Iglesia durante la edad media en torno a la interpretación de Corpus Aristotelicum ( el "cuerpo" de las obras de Aristóteles con temas como el problema de la inmortalidad del alma, eternidad del mundo y demás) hacen que nos planteemos la posibilidad de modificaciones en los manuscritos.

Lo que tenemos, por tanto, es algo que puede ser cercano a las notas de un filósofo, con algunas interpolaciones y manipulaciones del texto. Buscar el autor "original" o la "obra primigenia" es una tarea utópica.

Nómina temática de la obra de Aristóteles (título de la compilación)

Referidos a la lógica:

Bibliografía

Obra propia en castellano

Sobre Aristóteles

Véase también

Enlaces externos

Wikisource

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àFilósofo griego nacido en Estagira hacia el año 384 a.C. y fallecido en Calcis en el 322 a.C. Junto con Platón, ha dominado todo el desarrollo de la historia de la filosofía occidental desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna. Él es el primero que logra configurar la filosofía como una ciencia dentro de un sistema global del saber humano. En la cima de ese saber se sitúa la filosofía en su acepción específica de metafísica, que señala a las otras ciencias sus límites y sus conexiones.

Aristóteles.
Aristóteles contemplando el busto de Homero. Rembrandt.

Vida y obras.

Aristóteles nació en Estagira (Tracia, de ahí que se le nombre, a veces, como "El Estagirita"), hacia el año 384 a.C. Su padre, Nicómaco, fue médico de cabecera del rey Amintas II de Macedonia. En el año 367 entró en la escuela de Platón, en Atenas, en la que permaneció hasta la muerte del maestro, acaecida en el 347. Dejó entonces Atenas y se dirigió a Atarneo, donde su amigo Hermias le proporcionó los medios para dedicarse a investigaciones biológicas. El rey Filipo de Macedonia le encomendó la educación de su hijo, el futuro Alejandro Magno. Cuando éste se convirtió en rey, Aristóteles regresó a Atenas, y allí fundó su escuela que se llamaría Liceo (por tener su sede en un lugar consagrado al dios Apololicio; también se la conoció con el nombre de "peripato", del griego peripatein "pasear"), una especie de corredor donde solía pasear durante sus lecciones. Tras la muerte de Alejandro Magno se desató en Atenas una fuerte corriente antimacedónica, que también afectó a Aristóteles, el cual se vio obligado a dejar la ciudad, retirándose a Calcis, tierra de su madre, donde murió a los sesenta y dos años.

Los escritos de Aristóteles se pueden clasificar en dos grupos: los exotéricos, (destinados al gran público no iniciado en la filosofía, algo así como lo que hoy llamaríamos "de divulgación"); y los esotéricos (dirigidos a un público ya iniciado en el saber filosófico). Los primeros se han perdido, y sólo conocemos los títulos de algunos o pequeños fragmentos. Según la tradición, los libros esotéricos han llegado a nosotros gracias a que su heredero, Neleo, para evitar que cayeran en manos del rey de Pérgamo, trasladó toda la biblioteca de Aristóteles a Tróade y la escondió en una bodega. Parte de aquella biblioteca estaba compuesta por los manuscritos del maestro. Recuperados en el siglo I a.C. por Apelicón de Teo, fueron revisados en esta ciudad por Sila, y luego trasladados a Roma. Las obras fueron dispuestas en el orden que hoy conocemos por Andrónico de Rodas. Todas ellas forman el llamado "Corpus aristotelicum".

El "corpus" comprende cuatro grandes grupos de obras:

1) los escritos de lógica, conocidos por el nombre de Organon (´instrumento´; comprende Categorías, De la interpretación, Primeros Analíticos, Segundos Analíticos, Tópicos, Refutaciones de sofismas).

2) escritos de la filosofía de la naturaleza o física (Física, Del cielo, De la generación y de la corrupción, Meteorológicos, Historia de los animales, Del movimiento de los animales, De la marcha de los animales, Del alma, de la sensación y de lo sensible, De la memoria y del recuerdo).

3) los catorce libros recogidos bajo el título de Metafísica, así llamados porque en la serie ordenada por Andrónico venían después (metà en griego) de los escritos de la física.

4) las obras morales, políticas, de poética y de retórica, las cuales son: Ética a Eudemo, Ética a Nicómaco, Ética mayor o Gran moral (cuya autenticidad se discute), Política, Poética, Retórica y Constitución de Atenas


Doctrina de Aristóteles.

La lógica.

Se entiende por "lógica" en Aristóteles la disciplina propedéutica o de preparación para el mejor desenvolvimiento del resto de las ciencias. Aunque Aristóteles excluye la lógica de su consideración como ciencia, y ni siquiera usa el término para designar el método de raciocinio o de conocimiento, sin embargo, recibe de él tal impulso y perfeccionamiento que permanecerá casi inalterada durante cerca de dos milenios. Sólo con Bacon y Descartes sufrirá refutaciones de importancia. Con la lógica, el Estagirita se propone ensamblar todo su sistema para tratar de hallar la verdad universal inscrita en los entes particulares. Después de un tratado, que puede considerarse de introducción y en el que analiza los términos (Categorías) y las proposiciones (De la interpretación), estudia la estructura silogística común a todos los razonamientos coherentes, formalmente válidos (Primeros Analíticos). Luego examina los requisitos para que un razonamiento, además de formalmente correcto, sea verdadero (Segundos analíticos, Tópicos, Refutaciones de sofismas).

El resultado más importante de la lógica aristotélica es esta doctrina del silogismo, que él considera el esquema de toda inferencia válida. Define y clasifica todas las formas válidas de silogismo, distinguiendo entre ellos los verdaderos y los meramente correctos. De hecho, un silogismo correcto sólo llega a la verdad si las premisas son verdaderas. Para demostrar la verdad de las premisas se puede recurrir a otro silogismo, pero dado que este proceso no puede continuarse hasta el infinito, es necesario que existan algunos principios supremos evidentes por sí mismos, que no necesitan demostración. Estos principios son: principio de identidad, principio de no contradicción y principio del tercero excluido.

Importante es también su doctrina sobre los conceptos. Un concepto tiene una extensión (ámbito de las cosas a las que se aplica) y una comprensión (el conjunto de las notas que lo caracterizan). Extensión y comprensión están en relación inversa. Según el grado de compresión y extensión, los conceptos se llaman predicables y universales, y se agrupan en cinco clases: pueden expresar el género de un objeto, su especie, la diferencia específica, las propiedades y los accidentes.

Cualquier predicado que podamos formular puede pertenecer a una de estas diez clases o categorías: sustancia, cantidad, cualidad, relación, tiempo, lugar, situación, condición, acción y pasión.

La metafísica.

La preocupación metafísica de Aristóteles es a la vez crítica, con respecto a la de su maestro Platón, y constructiva, puesto que se propone una nueva sistematización. Lo que pretende con la metafísica es llegar a saber "de los principios y de las causas primeras". Aborda los temas de la metafísica en lo que él llama "filosofía primera" (prote philosophia), ciencia que considera el ser en cuanto ser (tò on e on). Por ocuparse de las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada igualmente ciencia de lo divino, ciencia teológica (Theoldgiké épistéme).

Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. El ser es lo opuesto a la nada, uno y múltiple al mismo tiempo, pero cuando hablamos de ser en general lo hacemos de forma análoga. En efecto, Aristóteles distingue tres maneras de expresar el ser: de forma unívoca (cuando nos referimos a una sola significación: "hombre", "marrón", "cinco"), de forma equívoca (cuando con un único término expresamos conceptos distintos: "judía", una planta leguminosa; "judía", una mujer de esa etnia). Pero cuando decimos, por ejemplo, "sano", podemos referirnos a un hombre, a un clima, a un alimento. El concepto "sano" lo estamos aplicando análogamente.

En todo ser se da la substancia (ousìa, esencia de cada ente individual subsistente en sí mismo) y accidente (cualidad que no existe en sí misma sino en la sustancia). La sustancia puede ser sustancia primera, fundamento de los accidentes y principio de individuación, y sustancia segunda, que designa la especie y gracias a la cual puede darse el saber científico. La sustancia primera puede a su vez ser corruptible (mundo de los entes), eterna (el mundo celeste) y eterna e inmóvil (Dios).

Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios: materia (üle), que dice de qué está hecha una cosa, y forma (morphé), disposición o estructura de la misma.

Para explicar el cambio, -porque, en contra de Parménides, resulta evidente que el cambio y el movimiento se dan en el mundo-, se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero no sabemos por qué. Ésto lo conocemos mediante las razones o causas del cambio, que Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o teleológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, ya que está convencido de que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.

La ciencia metafísica de Aristóteles culmina en la teología, la cual se ocupa del ser que existe per se, o sea, el ente en su sentido más pleno, la forma pura sin materia. Para probar la existencia de ese ser, apela a varios argumentos: "Entre las cosas que existen una es mejor que la otra; de allí que exista una cosa óptima, que debe ser la divina". Su argumento más conocido es el denominado de predicamento cosmológico: las cosas de este mundo son perecederas, y por lo tanto sufren cambio; este cambio acaece en el tiempo. Cambio y tiempo son, pues, imperecederos; mas para que se produzca el cambio o movimiento eterno ha de existir una sustancia eterna capaz de producir ese movimiento. Pero no podemos retrotraernos al infinito para buscar las causas de las causas, por lo que debemos llegar a un Primer Motor inmóvil. Este motor es Dios, concebido por Aristóteles como fuerza inmaterial inalterable. Ese Ser, sin embargo, no aparece en Aristóteles como creador del mundo, porque éste es eterno.


El mundo del movimiento: la física.

La física o "filosofía segunda" se ocupa de las sustancias de la naturaleza (physei), tanto de las terrestres o sublunares como de las celestes. El movimiento es común a todas las sustancias del universo, aunque de modo diverso: las sustancias de este mundo tienen movimiento local y de generación y corrupción; las celestes, increadas, tienen movimiento circular, continuo y eterno. Aristóteles acepta los cuatro elementos de Empédocles para la composición de las sustancias (agua, tierra, aire, fuego), los cuales no se pueden descomponer, aunque pueden combinarse unos con otros, surgiendo elementos mixtos en número infinito.

El mundo celeste está formado por esferas concéntricas en continuo movimiento, en un orden armonioso. En el centro está la Tierra. La esfera más alejada de la Tierra está animada por el Primer Motor. Los astros están formados por éter, que al contacto con el aire produce cierta incandescencia. Toda sustancia material existe en un espacio envolvente en el que no existe el vacío. El tiempo es definido como "el número del movimiento según el antes y el después".
Aristóteles se preocupó también del mundo biológico, incluso hizo investigaciones directas. En su trabajo clasificador, al margen de su importancia científica para la ciencia posterior, pone de manifiesto su asombrosa capacidad de sistematización.

Alma y conocimiento.

Todos los seres vivos se presentan a Aristóteles como poseedores de alma (psyché), con lo cual se distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma: vegetativa (propia de las plantas, pero presente también en los animales y en el hombre), sensitiva (propia de los animales y del hombre), racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es causa del movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea. Muere con el cuerpo, pero permanece la nous, que es inmortal. Aristóteles distingue dos intelectos: el intelecto activo -que es increado, inmortal y eterno; representa la capacidad de abstraer y conceptualizar-, y el intelecto pasivo, que viene a ser la capacidad del alma para aprehender las cosas.

Con respecto al conocimiento, Aristóteles no admite la reminiscencia de Platón, ni tampoco el innatismo. La mente al nacer es "tamquam tabula rasa", en la que nada hay escrito. El conocimiento comienza en los sentidos, como nos demuestra la experiencia. Las captaciones de los sentidos son aprehendidas por el intelecto pasivo, en forma de imágenes o fantasmas (phantásmata). Cuando el entendimiento activo procede a la abstracción surge el universal, generándose así el concepto. De esta forma llegamos al conocimiento suprasensible.

Ética y política.

Para Aristóteles, la ética depende de la política, puesto que la conducta individual ha de supeditarse a las exigencias comunitarias. El mundo de la historia y de la cultura, y por ende también el de la ética y de la política, no se rige por principios necesarios como las demás ciencias, sino que sus principios generales se extraen de los juicios y de los actos de conducta observados en los ciudadanos de una comunidad y de su historia. Hay que atenerse a la realidad concreta. El grado de certeza que se puede exigir es el que nos permite la movilidad y variedad de las vicisitudes humanas. La ética de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud. La virtud consiste en el justo medio. Pero no se refiere a un medio matemático. Lo que quiere dar a entender es que el actuar del hombre debe estar regido por la prudencia o regla recta. Hay dos modalidades de virtud: las dianoéticas (que se refieren al ejercicio de la inteligencia) y las éticas (que se refieren a la sensibilidad y los afectos). Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los demás ciudadanos.

También para la política los criterios deben fundarse en la tradición, la cultura y el sentido común. Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombre a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos). Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los pobres). No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues la teoría concreta para un pueblo hay que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado (Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados). En principio, toda forma de gobierno es buena si quien gobierna busca el bien de los gobernados.


Poética y retórica.

En este campo Aristóteles se aparta también de las teorías de Platón. Mientras Platón valora negativamente el arte del mimo o imitación de la naturaleza porque, según él, aleja a los hombres de la contemplación de la verdad, Aristóteles cree que la imitación de la naturaleza ayuda a conocerla mejor. La imitación que lleva a cabo el arte enriquece al hombre, y es precisamente la modalidad de la imitación la que da lugar a las diversas artes. La atención preferente de la Poética recae sobre la tragedia (naturalmente se refiere a la tragedia griega de su tiempo). A ella le atribuye una función catártica o de purificación similar a la de algunas técnicas actuales psicoterapéuticas: en lo recóndito del espectador afloran las pasiones peligrosas retenidas; esas pasiones son personificadas en la escena por los autores; por medio de este "espejo", el espectador las "vive", interiorizándolas, para terminar liberándose, por una especie de descarga, de la angustia opresora que esas pasiones producían.

Del mismo modo, si Platón consideraba la retórica como el arte de los sofistas, capaz de presentar como verdadero lo que es falso, Aristóteles la defiende sobre todo en el hombre político, pues de la destreza o torpeza con que sea practicada depende en muchas ocasiones la resolución positiva o negativa de asuntos importantes para la polis.

Finalmente Aristóteles distingue entre historia (que refiere lo que ocurrió), poesía (que refiere lo que pudo haber sucedido o pudiera suceder).

La influencia de Aristóteles en todos los campos de la filosofía se hizo sentir a lo largo de toda la Edad Media tanto en el mundo latino como en el árabe, y aún hoy día sigue viva en la tradición de la teología y filosofía escolásticas de la Iglesia católica.

Bibliografía.

VUILLEMIN, J.: De la logique à la théologie. Cinq études sur A., París, 1967.
GRENE-GLICKSMAN, M.: A portrait of Aristoteles, Chicago, 1967.
AUBENQUE, P.: El problema del ser en Aristóteles, Madrid, 1974.
HELLER, A.: Aristóteles y el mundo antiguo, Barcelona, 1983.
JAEGER, W.: Aristóteles, México, 1947;
MOREAU, J.: Aristóteles y su escuela, Buenos Aires, 1972.