13 Rue del Capitolino
Restos de un gran bloque de viviendas en la colina del Capitolino en Roma
Cuando pensamos como y donde vivían la gente en la antigua Roma, normalmente imaginamos preciosas villas, elegantes domus o suntuosos palacios para las clases pudientes y pequeñas casuchas de una planta o tal vez dos para las clases más bajas. Sin embargo esto no es del todo así.
En la ciudad de Roma hubo cientos de miles de personas que vivieron en enormes bloques de pisos, con más de cuatro plantas de altura, y que conformaban grandes comunidades de vecinos al más puro estilo de la 13 Rue del Percebe.
Fueron miles las viviendas de este tipo que existieron en la ciudad de Roma. Recibían el nombre de “insulae” y se calcula que en ellas habitaban una media de 40 personas por bloque.
Construcción de una pared de una vivienda.
En un principio se construían con una especie de adobe, pero se prohibió este material por ser presa fácil para el fuego pasándose a construir con hormigón romano (opus caementicium) una mezcla de cal, arena, guijas, cascotes y piedras ligeras que luego se forraba de piedra o ladrillo.
Paredes de hormigón con las diversas formas de forrarlo.
Las proporciones que podían alcanzar estas construcciones era considerable y después del gran incendio del año 64 d.C. se tuvo que limitar por ley su altura, no pudiendo pasar de los 21 mtrs. Sin embargo no se hacía mucho caso de esta limitación y por ejemplo se habla en documentos de la insulae felicula, un mini-rascacielos de viviendas que es descrito como uno de los mejores miradores de Roma.
Maqueta de la ciudad de Roma. El gran edificio del centro que sobresale de los demás, es una recreación de como pudo ser el insulae felicula
La planta baja de estos edificios estaba ocupada por locales comerciales (tiendas, tabernas…).
Reconstrucción de la planta baja de la casa de Diana en Ostia. Se observan los locales abiertos a la calle con su mostrador. Por las escaleras se podía subir a un pequeño almacén en la parte superior.
Mientras que las dos plantas siguientes la conformaban viviendas de varias habitaciones, con comedor, cocina, etc. Según se ascendía, las viviendas iban perdiendo categoría siendo las de las plantas superiores, en su mayoría, apartamentos de una sola habitación.
Reconstrucción del edificio del Capitolino (Foto cabecera). Los techos eran abovedados para mejor soportar el peso de las plantas superiores. La cornisa corrida que se puede ver era de obligada construcción tras el gran incendio. Por ella era más fácil el acceso para bomberos. También se obligó a que hubiera una distancia mínima de tres metros entre edificios.
El retrete en los pisos de las primeras plantas solía ser individual, aunque también existían comunales. En los pisos superiores no existía retrete, ni agua, por lo que debían ser lugares bastante insalubres para vivir.
Reconstrucción de retrete privado. El agua iba al alcantarillado si era posible o a un pozo negro que se vaciaba regularmente.
Esto no es una escobilla. Esta esponja atada a un palo era lo que se usaba como papel higiénico. No quisiera poner ciertas imágenes en cabeza de nadie, pero tengo que decirlo… la esponjita solía ser de uso compartido.
La cocina, los pisos que la tenían, era sencilla, equipada con un fregadero y un pequeño fogón, aunque no parece que hubiera chimeneas, así que el humo saldría por la ventana.
Reconstrucción de una cocina. A la derecha (con su esponjita en el cántaro ) se encuentra el retrete. Se instalaba ahí para compartir el sistema de desagüe.
En el comedor se ponía el triclinium.
Este triclinium pertenece a un comedor exterior de verano y es por eso que está hecho en obra. Se encuentra en Herculano.
Reconstrucción de una cena privada en un típico comedor romano.
En otras habitaciones había divanes, aunque es difícil diferenciar si se usaban como camas o simplemente para reposar.
Divanes y una cuna carbonizados hallados en Herculano.
Pero lo que nunca faltaba en ninguna vivienda romana ya fuera rica o pobre, era el Lararium. Un altar donde se situaban los Lares (protectores del hogar) y losPenates (guardianes de la despensa). En la mayoría de los casos se colocaban en una estanteria o en un hueco de la pared pero también se construían muebles-altares.
Armario con Lararium encima. Encontrado en Herculano.
Visto en el libro:
La Ciudad Antigua de Peter Connolly
Ilustraciones: