
Esta organización se formó exactamente en 1620, cuando los bucaneros fueron expulsados de La Española. Aunque el código tenía como objetivo regular la vida de los hombres mientras estaban en tierra, en la isla de la Tortuga (o Isla Tortuga), también se aplicaba en el mar.
La verdad es que las normas de los Hermanos de la Costa son sorprendentes y además son el hecho más significativo de la organización. No estaban escritas, pero eran conocidas por todos y se transmitían, como es lógico, por tradición oral. Se respeta la libertad individual, se podía abandonar la hermandad en cualquier momento sin represalias, había indemnizaciones para heridos y lisiados… sorprendente.
No había prejuicios de nacionalidad o religión, pero no se admitían mujeres blancas libres ni en la isla ni a bordo de los barcos, para evitar problemas, no por discriminación femenina. Y, por último, todos los hermanos eran iguales entre sí.
Todas estas normas, como es lógico, implicaban cierta jerarquía para hacerlas cumplir. Para ello había una asamblea o consejo formada por hombres veteranos que velaba por el código de la hermandad. Junto a ellos, un gobernador se ocupaba de los temas más tácticos
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Todas estas normas, como es lógico, implicaban cierta jerarquía para hacerlas cumplir. Para ello había una asamblea o consejo formada por hombres veteranos que velaba por el código de la hermandad. Junto a ellos, un gobernador se ocupaba de los temas más tácticos
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Los Hermanos de la Costa
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Se decidió una expedición de castigo contra la costa inglesa, que se encargó a Del Águila. Éste la confió al vasco Carlos de Amézquita (o de Amézola), quien, con tres compañías de arcabuceros y cuatro galeras, zarpó de Blavet el 26 de julio. El punto elegido para el desembarco fue
El que por ahora es el último desembarco español en las islas Británicas ocurrió en Escocia. Del Tratado de Utrecht que puso fin a la guerra de Sucesión española, el país más beneficiado fue Inglaterra y el más perjudicado España. Ésta perdió no sólo los Países Bajos y las posesiones italianas, en las que estaba presente desde la Edad Media, sino, además, Gibraltar y Menorca. En cuanto se consiguió la paz, el nuevo rey, el Borbón Felipe V, y la clase dirigente española quisieron darle la vuelta a ese tratado, mediante operaciones y alianzas militares.