Consta en los Archivos de Indias, que el 17 de junio de 1527, partió de Sanlúcar de Barrameda una expedición formada por cinco navíos y 600 hombres capitaneada por Pánfilo de Narváez con destino a la Florida.
Desde que atracó en el puerto de Santo Domingo, hasta que pisó la tierra de la Florida, la expedición fue menguando. Unos se quedaban en los puertos, otros continuaron pero fueron víctimas de tormentas y hundimientos, y los que llegaron a la península, se dispersaron y cayeron muertos por las flechas de los indios o por el hambre.
Al final quedaron cuatro hombres: Alonso del Castillo, de Salamanca, Andrés Dorantes, de Béjar, Estebanico, negro alárabe, de Azamor, y Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que se haría famoso por relatar una increíble aventura.
Acompañados por varios indios, los cuatro emprendieron a pie un largo viaje, que abarcó todo el sur de Estados Unidos, hasta México. Al principio, conocieron otros españoles, restos de viejas expediciones, los cuales narraron cómo se dieron al canibalismo entre ellos para sobrevivir, haciendo tasajos de los cuerpos de los que morían.
Cabeza de Vaca y sus compañeros siguieron su viaje pisando terra nova, paisajes nunca vistos por europeos. Durante su aventura, los cuatro aprendieron hasta siete lenguas indias, sobrevivieroncomiendo frutas, desollaron y devoraron perros, y conocieron las costumbres de las tribus.
De algunas huyeron a tiempo para no ser muertos. De otras, como los mareames, se espantaron de sus horribles costumbres como la de dar a los perros “las hijas en nasciendo”. De los yguaces, que mataban a sus mujeres, pero compraban las de los enemigos a cambio “de un arco, con dos flechas”.
Cuando escaseaban los venados, los indios comían “arañas e huevos de hormigas y gusanos e lagartijas e salamanquesas e culebras y viboras”; y si de eso no había, entonces “muerden y comen tiuerra y madera, y estiércol de venados”.
Algunas tribus esclavizaron a Cabeza de Vaca y sus compañeros, de modo que tenían que huir atravesando toda clase de calamidades. Un día, encontraron una tribu llamada Avavares, y por la noche, se acercaron algunos indios diciéndoles que les dolía la cabeza, y que por favor les curasen. Cabeza de Vaca y sus amigos se limitaron a santiguarles y encomendarles a Dios, pero el efecto fue tan inmediato “que todo el mal se les había quitado”.
La fama sanadora de estos señores con barba saltó de una tribu a otra, y vinieron más indios, y les regalaron venados. Luego hicieron fiestas en su honor, y más indios se acercaron para recibir la extraña curación, que nunca fallaba.
Siguiendo su viaje, un día los cuatro aventureros conocieron a los indios susolas, quienes les pidieron que salvaran a un pobre hombre que yacía acostado bajo una tienda. “Cuando yo llegué”, cuenta Cabeza de Vaca”, hallé el indio los ojos vueltos e sin ningún pulso”. Cabeza de Vaca suplicó a Dios nuestro señor “fuese servido de dar salud a aquel”, y santiguó y sopló. Luego se retiró a dormir y a media noche le despertaron para decirle que el muerto había revivido.
Desde entonces, les llamaron hijos del Sol, y su nombre iba por delante de sus pasos.
Aun tendría Cabeza de Vaca de aumentar su fama, cuando, tras conocer otras tribus y atravesar aquellas tierras, le trajeron un hombre que tenía la punta de una flecha clavada cerca del corazón desde hacía mucho tiempo. Cabeza de Vaca le examinó, sacó un cuchillo, y le abrió el pecho hasta donde estaba la flecha. “Metí la punta del cuchillo y con gran trabajo en fin la saqué”. Luego le dio varios puntos y le estancó la sangre. Le dio la punta de la felcha al pueblo e “hicieron muchos bailes y fiestas”.
Las tribus les recibían en los caminos, les regalaban toda clase de cosas y les invitaban a sus casas. Y Cabeza de Vaca y sus tres amigos sólo daban “infinitas gracias a Nuestro Señor”, y les decían a los indios que “en el Cielo había un hombre que llamábamos Dios… y que hacíamos lo que él nos mandaba, y que si ansí ellos lo hiciesen les iría muy bien dello“.
Una tribu les dio cinco puntas de flechas realizadas con esmeraldas. Otra les dio obsequios de oro, cuentas de coral, artesanías… y sobre todo, mucha comida.
Hasta que toparon casi al final de su viaje con una tribu temerosa de ellos, porque habían conocido a hombres barbudos que les hacían esclavos o los mataban, entraban en sus tribus y quemaban sus casas, y llevaban a las mujeres y muchachos.
Cabeza de Vaca y sus compañeros se presentaron ante los otros conquistadores, pero su aspecto sorprendía a todos. Vestían como los indios y se comunicaban con ellos en su lengua. Para que no aniquilasen a los indios, Cabeza de Vaca les regaló a los otros españoles las flechas de esmeralda, oro, comida… “y ansí las perdimos”.
Y entonces los indios les dijeron que había dos clases de cristianos: unos venían del sol y otros de donde se pone; unos sanaban a los enfermos y otros mataban a los que estaban sanos; unos vestían como ellos, desnudos y descalzos, y otros iban vestidos y en caballos y con lanzas; unos no tenían codicia y daban todo lo que tenían, y otros solo querían robar todo…
Cabeza de Vaca, tras llegar a México, y embarcar hacia España, informó de todo ello a su Imperial Majestad Carlos V, redactando un texto hoy conocido como Naufragios: el primer testimonio de un europeo sobre la vida de los indios en lo que hoy son los EEUU, y donde explicó que “”estas gentes todas, para ser atraídas a ser cristianos y a obediencia de su Imperial Majestad, han de ser llevadoscon muy bien tratamiento, y que este es un camino muy cierto y otros no”.
Habían pasado diez años desde que partió.
Y lo primero que pidió a su majestad fue que le diera poder para embarcarse en otra aventura. El emperador le nombró gobernador del Río de la Plata.
Cabeza de Vaca sufragó todos los gastos, consiguió 8.000 ducados y se embarcó con 400 soldados en 1541 a socorrer a los españoles en medio de la selva sudamericana, en Paraguay.
Se desconoce desconoce la fecha de la muerte de Cabeza de Vaca. También se desconoce la fecha y lugar de su nacimiento, aunque se piensa que fue en Jerez. No se sabe aún dónde está en su tumba.
Lo único que se sabe es que en aquellos tiempos, a los emprendedores se les llamaba conquistadores, y que algunos fizieron el bien, y otros el mal.
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Álvar Núñez Cabeza de Vaca - Wikipedia, la enciclopedia libre
es.wikipedia.org/wiki/Álvar_Núñez_Cabeza_de_VacaÁlvar Núñez Cabeza de Vaca (Jerez de la Frontera, 1490/95 - Sevilla, 1557/60) fue un conquistador español que exploró el golfo de México y los territorios del ...
Álvar Núñez Cabeza de Vaca - Wikipedia, the free encyclopedia
en.wikipedia.org/.../Álvar_Núñez_Cabeza_de_V... - Traducir esta páginaÁlvar Núñez Cabeza de Vaca (Jerez de la Frontera, ca. 1488/1490 – Valladolid ...
La increíble epopeya del emprendedor español que devoró perros y protegió a los indios
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