He leído en los últimos días, en un par de comidas en solitario, la obra de teatro de D. Pedro Muñoz Seca titulada “La venganza de Don Mendo”. Posiblemente su obra más famosa, y famosa en parte gracias a la interpretación de Fernando Fernán Gómez en la pantalla.
No puedo hacer otra cosa que recomendarles leer la obra: divertida, genial, curiosa y sorprendente. Y como homenaje, les contaré un par de detalles sobre Muñoz Seca que he podido leer en ABC. Por otro lado, no es la primera vez que pasa por Curistoria. Ya hablé de él para explicar su visión de la vida y el éxito y para contar su lista de los cinco mejores literatos españoles.
Contaba el ABC que cada día Muñoz Seca desayunaba un café con tostada mientras leía el periódico ABC que había comprado. Esta rutina era llevada a cabo en el Café de Levante y al salir, la rutina continuaba y le daba a la mujer que pedía limosna en la puerta la tostada y el ABC para que la mujer lo revendiera y así sacase algo. Al morir esta mujer, aparecieron otras dos en la puerta del local diciendo al literato que la fallecida en herencia le había dejado a una el derecho a tostada y a la otra el ABC.
Muñoz Seca fue detenido en Barcelona al estallar la Guerra Civil y llevado a Madrid donde estuvo preso. Finalmente fue conducido como tantos otros hasta Paracuellos del Jarama para ser asesinado.
Sirva esta Curistoria de homenaje a tan gran hombre y de recomendación para que se acerquen a su obra.
Contaba el ABC que cada día Muñoz Seca desayunaba un café con tostada mientras leía el periódico ABC que había comprado. Esta rutina era llevada a cabo en el Café de Levante y al salir, la rutina continuaba y le daba a la mujer que pedía limosna en la puerta la tostada y el ABC para que la mujer lo revendiera y así sacase algo. Al morir esta mujer, aparecieron otras dos en la puerta del local diciendo al literato que la fallecida en herencia le había dejado a una el derecho a tostada y a la otra el ABC.
Muñoz Seca fue detenido en Barcelona al estallar la Guerra Civil y llevado a Madrid donde estuvo preso. Finalmente fue conducido como tantos otros hasta Paracuellos del Jarama para ser asesinado.
Cuando estaba preso, según parece, les dijo a sus captores: “Podréis quitarme la cartera, podréis quitarme las monedas que llevo encima, podréis quitarme el reloj de mi muñeca y las llaves que llevo en el bolsillo, podéis quitarme hasta la vida; sólo hay una cosa que no podréis quitarme, por mucho empeño que pongáis: el miedo que tengo.”
Sirva esta Curistoria de homenaje a tan gran hombre y de recomendación para que se acerquen a su obra.