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19/10/10

Cuerpos de los pantanos: ¿asesinados o sacrificados?.



"En primavera del año 1640 el cuerpo muerto de un ser humano fue desenterrado de Schalkholzer Moor; probablemente esta persona había sido asesinada y sepultada allí mismo." BAUERNCHRONIK DES HARTICH SIERK AUS WROHM, 1615-1664

Los cuerpos de los pantanos del norte de Europa, que se han conservado de forma asombrosa, han despertado tanto la imaginación popular como la especulación científica. ¿Qué hacían estas personas en unos pantanos tan desolados y peligrosos? ¿Cómo consiguieron conservarse de una forma tan sorprendente? ¿Y cómo y por qué encontraron la muerte aquí (una cuestión que tiene importancia dados los indicios de violencia descubiertos en gran cantidad de los cuerpos)? ¿Fueron sacrificados para ser ofrecidos a los dioses o espíritus de aquellos lugares tan húmedos? ¿O resulta más verosímil la explicación que habla de un percance y un asesinato casual?

El primer misterio de los cuerpos de los pantanos, el de su preservación, se disipa fácilmente. El requisito decisivo es el musgo esfagno, que forma turba en huecos pantanosos. Las condiciones particulares resultantes impiden que las bacterias florezcan y, por consiguiente, los materiales orgánicos (incluidos los cuerpos humanos) depositados en el musgo esfagno se libran del ataque de las bacterias. El musgo también contiene un agente natural curtidor, que preserva la piel de los cuerpos y al mismo tiempo hace que se vuelva de color marrón oscuro mediante un proceso conocido como reacción Maillard. El musgo esfagno, a medida que muere, se convierte en turba, lo que atrapa el cuerpo cada vez más y más en sus capas, que se van acumulando. 

Estos cuerpos sólo volvieron a ver la luz del día con el gran aumento de la extracción de turba para emplearla como combustible en los últimos siglos y, más recientemente, para utilizarla en los jardines.

DESCUBRIMIENTO Y DATACIÓN
Las versiones más anteriores que han perdurado sobre el redescubrimiento de antiguos cuerpos de los pantanos datan del siglo XVII y aumentaron en cantidad a lo largo de los siglos XVIII y XIX. 

La mayoría de estos cuerpos desaparecieron sin dejar rastro; algunos fueron sepultados de nuevo en tierra consagrada, pero se descompusieron rápidamente fuera del entorno protector de la turbera. 

Como mínimo uno de estos cuerpos se utilizó para conseguir polvo de momia y venderlo como un medicamento muy caro. Sólo en los años setenta del siglo XIX se empezó en serio un estudio científico apropiado, pero fue durante el siglo XX que se realizaron los descubrimientos más famosos. 

Al mismo tiempo, hubo avances tecnológicos que permitieron emprender un análisis forense detallado de los cuerpos, como los de Tollund en Dinamarca (1950) y de Lindow Moss en Gran Bretaña (1984).

La excelente conservación de estos cuerpos oculta su antigüedad real; se han realizado grandes esfuerzos para determinarla. Los buscadores de turba que descubrieron al hombre de Tollund en Dinamarca en el año 1950 pensaron que habían tropezado con la víctima de un asesinato reciente y, en consecuencia, lo notificaron a la policía. 

En 1983, la policía supuso que un cráneo encontrado en Lindow Moss (Cheshire, Inglaterra) con pelo, un globo ocular y parte del cerebro conservado formaba parte de los restos de la víctima de un asesinato muy conocido. Ante la evidencia, el sospechoso confesó el crimen. La datación por radiocarbono, sin embargo, demostró que el hombre de Tollund y la mujer de Lindow tienen alrededor de 2.000 años.

El cuerpo de los pantanos más antiguo (el de la mujer de Koelbjerk en la isla danesa de Fyn) se ha determinado que se remonta a los inicios del período Mesolítico, unos 10.000 años atrás. A pesar de todo, en este caso (al igual que en los ejemplos posteriores del Neolítico) no se ha conservado ningún tejido blando. 

Los cuerpos de los pantanos como tales empezaron en la Edad de Hierro. Procedían de Gran Bretaña e Irlanda, Países Bajos, Dinamarca y Alemania. Algunos de ellos se remontan al período medieval o posmedieval, pero la inmensa mayoría pertenecen al período comprendido entre los siglosI a. C. y IV d. C. 

Esta concentración en sí misma sugiere que no murieron a causa de accidentes fortuitos, sino que representaban unas prácticas particulares de sacrificios o ejecuciones comunes en varias zonas del norte de Europa en ese período concreto.

¿ASESINATO O SACRIFICIO?

Queda claro que muchos de estos individuos tuvieron un final prematuro y violento. Al hombre de Lindow, encontrado cerca de la mujer de Lindow en 1984, le habían dejado inconsciente de dos golpes en la cabeza y después lo mataron (le cortaron la garganta y le rompieron el cuello con un garrote). 

El hombre de Grauballe, junto con los otros cuerpos de los pantanos daneses, aparentemente tenía el cuello cortado, pero también una herida en la frente y una pierna rota (lesiones que no se había hecho de forma accidental). 

El hombre de Tollund murió colgado. A la mujer de Borremose podría ser que le hubieran arrancado la cabellera. La niña de Yde fue apuñalada y estrangulada. De hecho, es sorprendente ver de cuántas maneras distintas fueron asesinados estos seres. 

Hay otras peculiaridades que indican que no se trataba de víctimas de asesinato ocasionales, sino que eran el resultado de sacrificios o ejecuciones planificados. Muchos de estos cuerpos eran enterrados desnudos y la ropa no siempre se conservaba con el cuerpo, como si hubiesen sido desnudados antes de ejecutarlos. A las niñas de Yde y Windeby les habían afeitado un lado de la cabeza.

Los arqueólogos han recurrido a Tácito, un escritor romano de principios del siglo II, para buscar una explicación a estos cuerpos. En su Germania, un tratado sobre los pueblos germánicos, describe el castigo impuesto entre las sociedades nativas de Europa septentrional para ciertos delitos: "Los traidores y desertores son colgados de los árboles; los cobardes, haraganes y culpables de vicios antinaturales eran introducidos en los pantanos bajo una valla de mimbre".

 Los "vicios antinaturales" a los que se refiere aquí pueden incluir tanto la homosexualidad como la promiscuidad.
El castigo a las esposas adúlteras se describe aparte: "Una esposa culpable es castigada sumariamente por su marido. Le afeita la cabeza, la desnuda y, en presencia de los familiares, la echa de su casa y la azota por todo el pueblo.

La desnudez de muchos de los cuerpos puede ser interpretada en estos términos como una marca de vergüenza. Una ley borgoñona de primer período medieval prescribe la muerte en un pantano a una mujer que haya repudiado a su marido.

Aún no se sabe con seguridad si los cuerpos de los pantanos eran criminales o víctimas de sacrificios. Hay una larga tradición de ofrendas rituales depositadas en lagos y turberas del norte de Europa, entre ellos hallazgos espectaculares en metalistería como el carro solar de Trundholm. 

Los cuerpos de los pantanos (vidas humanas que representan la ofrenda suprema) podrían ser considerados como parte de esta tradición. Al mismo tiempo, no podemos pasar por alto las pruebas que muestran que el entierro en los pantanos era utilizado como una forma de castigo por las sociedades germánicas durante los primeros siglos de nuestra era.


Otras pistas acerca de este misterio nos las proporcionan análisis de los contenidos del estómago, que nos permiten reconstruir la última comida de la víctima: gachas poco espesas tanto en el caso del hombre de Tollund como en el del hombre de Grauballe. 

Sin embargo, las puntas de los dedos del hombre de Grauballe no mostraban signo alguno de trabajo manual y se supone que era un individuo de una posición social elevada, mientras que las gachas que consumió tenían ergotina (sustancia tóxica que se extrae de un hongo del centeno) y, por suerte, murió en estado de coma. Puede ser que el último análisis no dé ninguna explicación para todos los cuerpos de los pantanos del norte de Europa, pero está claro que relativamente pocos tuvieron una muerte simplemente accidental.