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Xu Weihong es la directora de las excavaciones de Xian, donde se ha encontrado la tumba de Quin, el primer emperador de China, un yacimiento que se ha hecho famoso por los miles de guerreros de terracota a tamaño natural que lo protegen. Junto a Xu, visitan Oviedo los investigadores Cao Wei y Zhang Weixing. Los tres están en España para recoger el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2010.
¿Cuál fue su primera impresión de las figuras?
Que estaban vivas. Parecía que acababan de despertar delante de mí después de estar dormidas mucho tiempo. Cada una tiene sus propios rasgos y gestos, y eso las hace muy reales. Todas estaban pintadas y hemos descubierto que seguían un patrón, que estaban uniformadas. Por ejemplo, a una guerrera roja ahora sabemos que le corresponde un pantalón blanco o uno azul.
¿Cuánto se ha excavado?
Hay tres fosas. En la primera sólo se ha excavado una séptima parte. En la segunda, que tiene unos 6.000 m2, no se ha hecho nada y, en la tercera, que tiene unos 500 m2, hemos acabado los trabajos.
¿Qué guarda aún la tumba?
Xian aún guarda muchos secretos. Ahora investigamos los aspectos sociales. Queremos conocer cómo vivía la gente, qué ropa llevaba, qué hacía en la vida cotidiana.
¿Qué se sabe de los obreros?
Fueron muchísimos. Algunos trabajaban en la tumba y muchos más en la fabricación de los guerreros. La mayoría eran prisioneros y hemos descubierto cuatro tumbas de trabajadores que murieron por enfermedad. En varios guerreros hemos encontrado tallados los nombres de los obreros y de sus pueblos de origen. Aún buscamos el horno donde se cocían las figuras. Lo que sí hemos encontrado son restos del poblado de los trabajadores, cerca de la obra.
¿Hay constancia de otros ejércitos, aparte del de la dinastía Han, con piezas de sólo 30 centímetros?
Este es un hallazgo sin precedentes. En las dinastías posteriores a la Quin, no hemos descubierto ejércitos de tamaño natural. En cuanto a las figuras de la dinastía Han, se fabricaron con un método diferente. La tradición de enterrar ejércitos cuando moría un emperador comenzó con la dinastía Quin, por lo que no descartamos que haya más tumbas de este tipo.
¿Las armas son reales?
Sí, con el nombre del artesano y el año de fabricación. En la antigüedad, se le daba la misma importancia a los muertos que a los vivos, pero también pudieron enterrarlas por tratarse delstock de la armería. Ya se utilizaba el hierro y las de bronce quedaban obsoletas.
¿Tiene una pieza preferida?
Ahora me llama más la atención encontrar restos de otros materiales: partículas carbonizadas que se puedan datar, armas, huellas... Por ejemplo, algunas armas llevaban una funda de seda. Investigar la fabricación textil en esa época puede darnos información sobre el nivel de desarrollo de aquella sociedad.
¿Cómo influye el descubrimiento en la proyección de China?
El museo ya es referencia en investigación y conservación de figuras policromadas.
