En el Museo Nacional de San José, la capital de Costa Rica, se conservan numerosas esferas de piedra pulidas de diversos tamaños: las "bolas grandes" figuran entre los hallazgos geológicos más extraños de la historia universal. Cientos de esferas de distintos tamaños decoran jardines privados en este país centroamericano, otras han sido abiertas en busca de oro oculto en ellas, con lo que han quedado destruidas, y otras están muy dañadas debido al fuego provocado durante la tala de la selva.
Arqueólogos costarricenses siguen excavando nuevos ejemplares en el lodo del delta del Disquis y se asombran de la habilidad artesana de los desconocidos autores. Sobre todo las bolas más grandes -el ejemplar más pesado que se ha excavado hasta ahora tiene 16 toneladas- son tan lisas y redondas que parece imposible que se hayan fabricado sin ayuda de medios mecánicos. El granito de que están hechas no se encuentra en el lugar del hallazgo, ya que allí no hay canteras. Es posible que el material de las esferas proceda de una región que se halla 50 kilómetros río arriba.
Arqueólogos costarricenses siguen excavando nuevos ejemplares en el lodo del delta del Disquis y se asombran de la habilidad artesana de los desconocidos autores. Sobre todo las bolas más grandes -el ejemplar más pesado que se ha excavado hasta ahora tiene 16 toneladas- son tan lisas y redondas que parece imposible que se hayan fabricado sin ayuda de medios mecánicos. El granito de que están hechas no se encuentra en el lugar del hallazgo, ya que allí no hay canteras. Es posible que el material de las esferas proceda de una región que se halla 50 kilómetros río arriba.
COMPLICADO PROCESO DE ELABORACIÓN
Hasta ahora, los arqueólogos apenas han logrado reconstruir en detalle el proceso de fabricación de las esferas: los picapedreros desconocidos pulieron la superficie de una roca que les pareció idónea con ayuda de otras piedras y un pulimento a base de arena y agua. Los expertos calculan que tan sólo para fabricar las grandes bolas de 16 toneladas de peso se precisaron por lo menos 24 toneladas de material bruto. Dado que existen miles de esferas por todo el país, da la sensación de tratarse de una hazaña increíble.
Cada una de las esferas tiene un perímetro perfectamente redondo, es decir, el diámetro es igual en todos los puntos, de modo que la precisión de la labor de sus autores indica que disponían de buenos conocimientos de geometría y dominaban el manejo perfecto de instrumentos técnicos.
SIGNIFICADO ESPECIAL
Sin duda las bolas gigantes tenían un significado especial para sus creadores, como demuestra el enorme esfuerzo que supuso el mero transporte de las mismas. Para fabricar una esfera de 2,40 metros de diámetro, los picapedreros de entonces necesitaban un bloque cuadrado de por lo menos 2,75 metros de lado, que sólo se podía girar y pulir con gran esfuerzo y la intervención de muchas personas. Incluso con la maquinaria hidráulica más moderna resulta difícil mover las bolas.
DIBUJOS A VISTA DE PÁJARO
Nadie sabe qué grupo étnico creó las esferas ni por qué fueron creadas. En diversos sepulcros se han hallado ejemplares pequeños, mientras que los grandes estaban dispuestos de manera que formaban largas líneas rectas, líneas onduladas y formas triangulares que sólo se podían ver como tales a vista de pájaro.
¿COPIAS DEL SISTEMA SOLAR?
Algunos arqueólogos centroamericanos piensan que las esferas son símbolos del Sol y la Luna, quizá también del conjunto del sistema solar con sus planetas, lunas y asteroides. Sin embargo, dado que los incas, mayas y aztecas no representaban nunca el Sol en forma de esfera, sino de disco, las bolas deben de proceder de una cultura megalítica desconocida. Otros expertos creen que son complementos sepulcrales dispuestos a modo de cuerpos celestes. Los hallazgos de la selva centroamericana se interpretan también como símbolos de la perfección divina.
POR TODO EL PAÍS
En la selva, junto a los ríos y en los altiplanos se hallan todavía muchas bolas misteriosas. En el golfo Dulce hay 15 esferas gigantes alineadas, en la isla de Camaronal dos esferas y varios ejemplares de gran tamaño en las cumbres de la cordillera Brunquera. Qué gran esfuerzo, trabajo y energía habrá costado trasladar las bolas a lo alto de las montañas o arrastrarlas sobre los lechos fangosos de los ríos.
Hasta ahora, los arqueólogos apenas han logrado reconstruir en detalle el proceso de fabricación de las esferas: los picapedreros desconocidos pulieron la superficie de una roca que les pareció idónea con ayuda de otras piedras y un pulimento a base de arena y agua. Los expertos calculan que tan sólo para fabricar las grandes bolas de 16 toneladas de peso se precisaron por lo menos 24 toneladas de material bruto. Dado que existen miles de esferas por todo el país, da la sensación de tratarse de una hazaña increíble.
Cada una de las esferas tiene un perímetro perfectamente redondo, es decir, el diámetro es igual en todos los puntos, de modo que la precisión de la labor de sus autores indica que disponían de buenos conocimientos de geometría y dominaban el manejo perfecto de instrumentos técnicos.
SIGNIFICADO ESPECIAL
Sin duda las bolas gigantes tenían un significado especial para sus creadores, como demuestra el enorme esfuerzo que supuso el mero transporte de las mismas. Para fabricar una esfera de 2,40 metros de diámetro, los picapedreros de entonces necesitaban un bloque cuadrado de por lo menos 2,75 metros de lado, que sólo se podía girar y pulir con gran esfuerzo y la intervención de muchas personas. Incluso con la maquinaria hidráulica más moderna resulta difícil mover las bolas.
DIBUJOS A VISTA DE PÁJARO
Nadie sabe qué grupo étnico creó las esferas ni por qué fueron creadas. En diversos sepulcros se han hallado ejemplares pequeños, mientras que los grandes estaban dispuestos de manera que formaban largas líneas rectas, líneas onduladas y formas triangulares que sólo se podían ver como tales a vista de pájaro.
¿COPIAS DEL SISTEMA SOLAR?
Algunos arqueólogos centroamericanos piensan que las esferas son símbolos del Sol y la Luna, quizá también del conjunto del sistema solar con sus planetas, lunas y asteroides. Sin embargo, dado que los incas, mayas y aztecas no representaban nunca el Sol en forma de esfera, sino de disco, las bolas deben de proceder de una cultura megalítica desconocida. Otros expertos creen que son complementos sepulcrales dispuestos a modo de cuerpos celestes. Los hallazgos de la selva centroamericana se interpretan también como símbolos de la perfección divina.
POR TODO EL PAÍS
En la selva, junto a los ríos y en los altiplanos se hallan todavía muchas bolas misteriosas. En el golfo Dulce hay 15 esferas gigantes alineadas, en la isla de Camaronal dos esferas y varios ejemplares de gran tamaño en las cumbres de la cordillera Brunquera. Qué gran esfuerzo, trabajo y energía habrá costado trasladar las bolas a lo alto de las montañas o arrastrarlas sobre los lechos fangosos de los ríos.