Wellington, el famoso militar británico, fue un tipo que a pesar de no tener implicación directa en la primera línea de fuego, siempre anduvo cerca de la misma y milagrosamente nunca fue herido de gravedad. Montado en su caballo Copenhagen no pocas veces se movió entre las bombas y los disparos enemigos. Esto ya muestra una forma curiosa de afrontar la guerra y la lucha desde su rango, pero veremos más detalles a continuación.
En la batalla de Waterloo, se vio envuelto en el fuego enemigo y cuando los proyectiles levantaban la tierra a los pies de su caballo peligrosamente cerca, le comentó a los oficiales que le acompañaban: “Caballeros, estamos demasiado juntos. Es mejor que nos separemos un poco”.
Más tarde, aquella misma jornada, un oficial le pidió permiso para disparar una batería inglesa contra Napoleón y sus ayudantes, ya que los tenían dentro de su alcance. Wellington le contestó: “No, no lo permitiré. No es labor de los comandantes el dispararse entre ellos”.
En la batalla de Waterloo, se vio envuelto en el fuego enemigo y cuando los proyectiles levantaban la tierra a los pies de su caballo peligrosamente cerca, le comentó a los oficiales que le acompañaban: “Caballeros, estamos demasiado juntos. Es mejor que nos separemos un poco”.
Más tarde, aquella misma jornada, un oficial le pidió permiso para disparar una batería inglesa contra Napoleón y sus ayudantes, ya que los tenían dentro de su alcance. Wellington le contestó: “No, no lo permitiré. No es labor de los comandantes el dispararse entre ellos”.
Fuente: Military's strangest capaigns and characters, de Tom Quinn