de Curistoria
Según cuenta Luis Carandell en su libro Las habas contadas (yo he conocido la historia a través de un libro de Eslava Galán), en un hecho religioso en el que estaba presente Franco, en plena postguerra, se produjo un hecho casi milagroso.Y es que milagroso parece que a paso del Santísimo Sacramento en procesión, los allí presenten comenzaran a llorar. Y digo milagroso porque lloró hasta la Guardia Mora del dictador. Sorprendente, pero con gato encerrado. Al parecer, cuenta Carandell, que fue testigo de los hechos, todo se debía a que alguna autoridad se le ocurrió tirar por las calles pequeñas cápsulas de gas lacrimógeno, que, pisadas por la gente en procesión, provocaron el llanto colectivo.
s2t2 -Foto tomada de 20 minutos
