Este blog se siente arremetido en estos momentos por las Invasiones Barbaras, obligandonos estos a ofrecer un telemaraton, como dirían en la televisión, con la figura de estos bárbaros, vándalos o como quieran denominarse a todas estas tribus, que azotaron occidente entre el 100 y el 500 d.c.
INVASIONES BARBARAS |
Sin duda entre todos ellos, destaca la figura de uno en particular, ATILA y que mejor muestra para describirle, que dejaros todo un clásico del cine, "Atila, hombre o demonio", con un gran Anthony Quinn que rodaba tambiénUlises, en ese momento, aquí ya antes comentada y una hermosa Sophia Loren.
DOS GRANDES DE LA PANTALLA JUNTOS |
Añadiremos próximamente, un documental sobre la batalla de Chalons o campos Cataláunicos, mas tarde la miniserie de dos episodios que se realizo en el 2.001, en la cual participaba inclusive nuestro famoso leonidas y si hay suerte también contaremos, con la versión de 1.955, Atila Rey de los Hunos, con un gran Jack Palance. No podremos olvidarnos por aquí del azote de Dios, durante mucho tiempo.
LOS HUNOS DUERMEN A LOMOS
DE SUS CABALLOS
LOS CABALLOS JUGABAN un importante papel dentro de la cultura huna. Su empleo iba mucho más allá de la monta. Los hunos concebían la relación hombre /montura de una manera muy especial y los caballos eran mucho más que una mera bestia de carga. Los pueblos nómadas criaban su propia raza equina. Para preservar su bravura y su instinto y que estas cualidades no se perdieran con la doma, los hunos cruzaban siempre sus caballos con aquéllos que, salvajemente, campaban a sus anchas por las llanuras y estepas. Las bestias eran criadas con vistas a tres destinos: el comercio, el transporte o la guerra.
Estas pequeñas monturas, de cuello largo, eran excelentes para el tiro, el salto, la carga y el combate, pero desempeñaban también un importantísimo valor simbólico dentro de la sociedad huna. Los caballos, y en parte gracias a su color, no tardaron en convertirse en todo un símbolo de poder. De esta forma, no todo el mundo tenía derecho a hacerse con una montura de colores claros, pues estaban reservadas para las gentes que ocupaban un lugar privilegiado en las más altas jerarquías. El color de la piel del animal servía, además, para organizar los ejércitos. Las monturas blancas se disponían al Oeste, las pardas al Sur, las negras al Norte y, por último, el resto al Este.
POR OTRO LADO, LOS GUERREROS desarrollaron un estrechísimo vínculo con sus monturas hasta el punto de parecer, en sus rápidos ataques, un único ser, lo que Gromblich en su libro Breve historia del Mundo acertó en llamar «centauros».
CENTAUROS DE ORIENTE |
Esta unión entre cabalgadura y jinete vino motivada gracias a la irrupción de la silla de montar, de las bridas y del estribo, descubrimientos que, sin duda, supusieron un importantísimo avance, no sólo dentro de la historia de la monta, sino también en el desarrollo de la logística militar.
Una primitiva versión de la silla de montar se fabricaba en madera, pero los jinetes no tardaron en demandar a los artesanos el empleo de otros materiales más cómodos.
SIEMPRE EN MOVIMIENTO |
La decoración de estos útiles de monta corría a cargo de los artesanos, pero siempre seguían el patrón familiar e identificador del propio jinete. Los estribos y las bridas resultaban tremendamente eficaces para los jinetes a la hora de poner en práctica sus acometidas guerreras y llevar a cabo las rápidas retiradas que les caracterizaban. Además, la destreza de los caballeros hunos se vio incrementada favorablemente gracias a la irrupción de estas herramientas de monta.
Los jinetes eran capaces de realizar toda una serie de cabriolas a lomos de sus caballos. La más recordada por parte de los cronistas enemigos era aquélla que les permitía retirarse del terreno de batalla o después de una razia, montando de espaldas, capaces de seguir disparando una interminable lluvia de flechas.
CREARON UN GRAN IMPERIO |
Los hunos, además, no se bajaban de sus monturas ni para dormir. Buena parte de las negociaciones y tratados que llevaron a cabo con otras culturas fueron zanjados y firmados a lomos de sus caballos. Incluso la preparación de ciertos alimentos transcurría durante la monta. De este modo, grandes cantidades de carne se colocaban entre el caballo y la silla de montar a fin de que este producto se ablandase. Otro tanto parecido ocurría con el yogur.
Sin duda, en pocas civilizaciones los caballos tuvieron un peso tan claro como con la cultura huna, donde los hombres eran centauros. Fuente : http://www.portalmibax.com/
LA PELÍCULA
El debilitado Imperio Romano de Occidente envía al general Aecio (Henri Vidal) para negociar un tratado de paz con el pueblo de los hunos, el cual es gobernado conjuntamente por el pacífico rey Bleda (Ettore Manni) y su despiadado y belicoso hermano Atila (Anthony Quinn).
Anthony Quinn en el mejor momento de su carrera |
Sin ambargo, Atila se adentra con sus hordas en tierras cristianas, dispuesto a entrar a Roma y vencer al jefe de los cristianos, el Papa Leo I, pero sólo la proverbial entereza del Papa convencerá a Atila de abandonar su devastador saqueo de la península itálica... Sophia Loren e Irene Papas complementan a un imponente Anthony Quinn en esta superproducción italiana sobre la compleja figura del legendario Atila, dirigida por Pietro Francisci.
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